En febrero de 1939 la guerra en España estaba perdida para los
Republicanos. El presidente del consejo de ministros Juan Negrín deseaba
apurar la resistencia ante las perspectivas del estallido de la guerra
en Europa, lo que amenazaba con prolongar muchos meses más el sangriento
conflicto español.
Negrín se oponía a la corriente, muy influyente tras el pacto de
Munich, que consistía en sacrificar a la extrema izquierda (sobre todo a
los comunistas por su vinculación por la URSS) para poder pactar con el
adversario una salida a la guerra que no fuera demasiado dura para los
demás.
En realidad el presidente Negrín no era tan insensato para ignorar
que en febrero del 39 la guerra estaba perdida. Pero aparentemente su
pretensión al buscar una resistencia a ultranza era la de limitar las
pérdidas al máximo, salvar la vida y la libertad del mayor número de
combatientes republicanos, aunque nunca mencionara en sus discursos
oficiales este propósito que lo hubiera indispuesto contra los
comunistas. ¿Creía Negrín posible que una prolongación de la resistencia
haría posible una paz sin represalias? O ¿quizás bastarían seis u ocho
meses más para enlazar con una conflagración mundial?.
Los únicos que se mostraban decididos partidarios de continuar la guerra
entre los diversos partidos políticos del bando republicano eran los
comunistas aunque su tono había cambiado y comenzaban a hablar de seguir
resistiendo sí, pero al objeto de esperar también un cambio en la
situación internacional. Otras fuerzas políticas del Frente Popular sólo
pensaban ya en terminar la guerra al precio que fuese.
Negrín y Azaña visitan el frente de Madrid
La posibilidad de resistir avalada por Negrín se sostenía en el hecho de
que quedaba en la zona Centro-sur un ejército de medio millón de
hombres. Incluyendo carabineros y fuerzas de asalto,una flota de guerra,
varios puertos y ,entre ellos, una base naval aunque no ignoraba que en
la retaguardia la moral era muy baja. pero según Negrín, que visitaba a
menudo los frentes, la moral del ejército republicano era buena y con
un espíritu de lucha muy exaltado.
En una de sus últimas reuniones, celebrada en Albacete, con los
mandos militares Negrín insistió en que no quedaba otra salida más que
la de continuar con la resistencia para poder llegar a una paz con
garantías. Muchos generales creían que el ejército estaba en condiciones
de resistir cualquier ataque durante 4 ó 5 meses. Aunque también es
cierto que pensaban que esa resistencia hasta el colapso final no
serviríade nada.
LA CONSPIRACIÓN DEL CORONEL CASADO
Otros altos mandos republicanos como el coronel Segismundo Casado,
jefe de los ejércitos del centro, no creían posible continuar la
resistencia debido a la desmoralización,la escasez de armamento, de
servicios de transporte etc. Pensaba como tantos otros que el fracaso de
la ofensiva en el Ebro y la caída de Cataluña, amén del a actitud de
Inglaterra y Francia que se disponían a reconocer al gobierno de Franco
habían terminado por agotar las reservas morales del pueblo republicano
español.
A comienzos de febrero del 39 se habían reunido Casado, el general
Miaja, jefe del grupo de ejércitos y el general Matallana su jefe de
Estado Mayor conviniendo en que, siendo inexistente para ellos el
gobierno de Negrín, que andaba de aquí para allá sin una sede fija y sin
apenas aparato administrativo, debía formarse una Junta de Defensa
encaminada a obtener ciertas garantías de los nacionales antes de
rendirse a su ejército.
La trama conspirativa iniciada por Casado, jefe del ejército del
centro, se había ido extendiendo a otros jefes militares y a los grupos
políticos de la región del centro, con excepción de los comunistas y de
los socialistas fieles a la comisión ejecutiva del partido. Esta
conspiración tiene como objetivo deponer al gobierno presidido por
Negrín ysustituirle por otro que negocie el fin de la guerra a toda
costa. Confiando en las garantías que podrían ofrecer militares
profesionales y políticos moderados como Julián Besteiro. El veterano
político socialista pensaba para entonces que el único poder legítimo
que quedaba en la España republicana era el militar. Por tanto no le
costó esfuerzo ponerse de acuerdo con Casado en la necesidad de formar
un gobierno que sustituyera al de Negrín aunque declinó presidirlo y
aceptó formar parte de él sólo al objeto denegociar el fin de las
hostilidades.
El coronel Casado en el centro posa con otros dos oficiales
Lo cierto es que Casado en enero del 39 había efectuado ya sus
primeros contactos con el bando franquista a través del servicio de
información de la policía militar , SIPM, con el que contactó a través
del general franquista Barrón, amigo de Casado, quien ya entonces le
hizo llegar el mensaje de que lo único que admitiría Franco sería una
paz sin condiciones. Casado sin embargo pensaba que esta era una
declaración obligada y que Franco cedería en algunos puntos al objeto de
apresurar la victoria final.
Al mismo tiempo que mantenía contactos con el enemigo, Casado
también servía como punto de articulación alas diversas organizaciones y
partidos que en la zona republicana deseaban apresurar el fin de las
hostilidades a cualquier precio y mantenía conversaciones con la
CNT,(especialmentecon Cipriano Mera dirigente cenetista, jefe del IV
cuerpo de ejército) con elementos de izquierda republicana, unión
republicana de Madrid además de buscar la complicidad de otros militares
como el general Martínez Cabrera o el coronel Prada.
El General Miaja junto al Coronel Casado
El día 4 de marzo encontrándose el consejo de ministros en Elda la
radio de Madrid anunciaba que el jefe del ejército del centro iba a
pronunciar una alocución. Sin embargo cuando llegó la medianoche el
locutor no anunció a Casado sino a Besteiro: Señores radioyentes van
ustedes a oír a Don Julián Besteiro, que por su gran popularidad no
precisa presentación. Con voz entrecortada Besteiro dijo que la
república estaba decapitada tras la dimisión del presidente Azaña y
expresó así sus principales argumentos: el gobierno del señor Negrín,
falto de la asistencia presidencial y de la asistencia de toda la
cámara, a la cual sería vano dar una apariencia de vida,carece de toda
legitimidad. Yo os pido, poniendo en esta petición todo el énfasis de la
propia responsabilidad, que en este momento grave asistáis, como
nosotros le asistimos, al poder legítimo de la república, que
transitoriamente no es otro que el poder militar.
Más tarde habló Casado, que había sido ascendido a general pocos
días antes, empezó dirigiéndose a los españoles de allende las
trincheras, definiendose como militar que jamás intentó mandar a
supueblo, sino servirle en toda ocasión, porque entiendo que la milicia
no es cerebro de la vida pública, sino brazo nacional. Quien os habla
juró lealtad a una bandera leal y a ella sigue. Tiene la obligación de
luchar por la libertad y la independencia de su pueblo y en defenderlo
cifra su mayor orgullo. Ofreció y pidió una paz por España, asegurando
que el pueblo no abandonaría las armas mientras no tuviera la seguridad
de una paz sin crímenes.
Así se formaba la Junta de la paz honrosa o Consejo Nacional de
Defensa. En él Besteiro que era la figura de mayor prestigio político se
limitó a tomar la consejería de estado, Casado la de Defensa, Wenceslao
Carrillo (padre de Santiago Carrillo) la de interior. Estos eran los
nombres más relevantes de la Junta sin olvidar a Miaja a quien se
decidió hacer presidente de la misma en lo que no era en realidad más
que un cargo puramente nominal.
La noticia del golpe no sorprendió demasiado a Negrín quien desde hace
tiempo sabía que Casado conspiraba contra su gobierno. Antes de dar la
partida por perdida, pensó en hacer un último intento para que hubiese
al menos una transmisión formal de poderes. No hubo respuesta a esta
proposición pues aunque Casado estuvo pensando en aceptar Besteiro
rechazó cualquier contacto. El último gobierno de la República había
dejadode existir.
Casado habla desde Radio Unión
La alta dirección comunista comprendió que había que asumir la
situación real, pero los jefes militares comunistas de Madrid y el
comité provincial del partido, que ignoraban la desaparición del
gobierno Negrín, respondieron con la violencia al golpe de estado. Y una
vez más, en el transcurso de la guerra de España, se dio el caso, tan
peregrino como cruel, de que los protagonistas de una rebelión armada
acusen de rebelión a aquellos que permanecen fieles a la legalidad
constituida. El resultado fue trágico y costó cientos de víctimas hasta
que se negoció un alto el fuego el 12 de marzo entre los defensores del
Comité de Defensa de Casado y quienes no reconocían más legitimidad que
la que se depositaba en Negrín y su ya inexistente gobierno.
Para entonces Casado había puesto en marcha ya su plan de paz y
esperaba poder trasladarse a zona nacional para poder negociar el fin de
las hostilidades. Pero la respuesta de Burgos llegó rotunda
ydescarnada: Rendición incondicional incompatible con negociación y
presencia en zona nacional de mandos superiores enemigos.
Julián Besteiro el expresidente de las cortes y socialista del mayor prestigio se unió al golpe de Casado y permaneció en Madrid hasta ser detenido por los nacionales
Sin un ejército capaz ya de funcionar, a merced de un enemigo que los
despreciaba, con una población agotada, desahuciados por las potencias
extranjeras el Consejo aceptó finalmente la rendición sin condiciones,
apelando a la generosidad del Caudillo.
La paz honrosa se había convertido pues en una rendición
incondicional. En Alicante embarcaron los últimos republicanos que
tuvieron la suerte de hallar plaza en alguno de los barcos que partían
al exilio, en el puerto quedaron muchos otros para los que no hubo
oportunidad de embarcar. Todo había terminado, la república había sido
derrotada y la guerra en España tocaba a su fin.
El Stanbrook fue el último barco en partir con republicanos camino al exilio
Autor: Von Faber
posiblemente en la Castellana. Tropas casadistas esperando acontecimientos y apoyados por un T-26 y un FT-17 |
tropas leales a Negrín. Puede ser en Méndez Álvaro |
Un momento del golpe de Estado del coronel Casado en marzo de 1939, que marcó el final de la Guerra Civil. - ALFONSO / ARCHIVO GENERAL DE LA ADMINISTRACIÓN |
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